Los jóvenes no tienen muy claro si su forma de estudiar es la correcta y
buscan fórmulas mágicas para mejorar el rendimiento. Lo cierto es que no existe
una receta tal, pero los especialistas en pedagogía han puesto en pie diferentes
métodos que, acompañados, por supuesto, del esfuerzo del estudiante, suelen dar
buenos resultados. Estas técnicas hacen mucho más activo el aprendizaje
Los pedagogos insisten en la necesidad de mantener un método claro de estudio
para evitar echar horas y horas de estudio sin sacarles ningún provecho.
La finalidad última de un método de estudio es mejorar la asimilación de los
contenidos.
EPL2R es una sigla que recoge los cinco momentos o fases fundamentales de
este proceso metodológico: explorar, preguntar, leer, recitar y repasar.
Lo primero que hay que hacer al enfrentarse a la lectura de un libro es
explorar, indagar sobre los fines y propósitos que han llevado al autor a
escribirlo. El prólogo, los índices y los resúmenes que puedan ofrecerse serán
una útil ayuda.
En una segunda fase, a medida que vayamos leyendo se nos plantearán dudas y
preguntas. De esta forma es como se adopta una actitud crítica y activa; es
decir, no recibimos pasivamente lo que el autor nos explica. Los profesores,
otros libros y los compañeros nos pueden solventar esas dudas.
Lo mas probable esque estemos algo asi en este minuto.
La lectura equivale a saber analizar y a saber resumir. Una lectura activa en
la que subrayamos, tomamos notas y hacemos esquemas es la más recomendada.
Recitar nos sirve, al final de cada capítulo para sabernos contar a nosotros
mismos lo que hemos aprendido. Por último el repaso es fundamental, no sólo ante
exámenes sino siempre que queramos aprender.
SUGERENCIAS
Consejos a tener en cuenta para diseñar nuestro propio
método de trabajo
Lo creas o no, todos los estudiantes mantienen unos hábitos particulares para
estudiar de la forma más cómoda. No lo llamaremos método porque no hemos
reflexionado sobre el mismo, pero si nos ha dado resultados positivos lo
mantenemos en marcha curso tras curso. Sólo en el caso de que creamos que las
notas que obtenemos no se corresponden con el esfuerzo aplicado deberemos
cambiar la forma de estudiar. Quienes no lo necesiten podrán aprender a
mejorarla.
No existe el “método ideal” válido para todos, sino unas prácticas
acompañadas de gran esfuerzo y voluntad por parte del estudiante. Los pedagogos
recomiendan pautas para diseñarse uno mismo el método de estudio.
En primer lugar hay que organizarse bien, de manera que podamos encontrar
siempre el dato, o el libro que busquemos. “Cada cosa en su sitio”, nos
recomiendan.
Hay que distribuirse bien el tiempo de estudio, de forma flexible.
Importante, a juicio de los que saben, es tener en cuenta las dificultades
concretas que presenta cada materia y los contenidos en que tenemos más
problemas, averiguar el ritmo propio de trabajo y ser realista con nuestra
capacidad de aprendizaje.
PRACTICAR
PONERSE EN MARCHA. A continuación os proponemos diferentes consejos muy
prácticos para empezar a estudiar con el método que hayáis elegido, bien sea uno
de los aportados por AULA o el vuestro personal.
DISTRACCION. Si nos ponemos, nos ponemos. Suena redundante pero es la pura
verdad. Cuando estudiamos hemos de evitar cualquier tipo de distracción posible
que altere nuestro ritmo de trabajo. Si nos distraemos, el tiempo pasará rápido
pero no lo habremos aprovechado en absoluto. Hay que retirar de la mesa de
trabajo todo lo que constituya un estorbo y no motive el estudio.
DEBERES. Uno no puede llegar y ponerse a memorizar sin más. Conviene hacer
una composición de lugar. Para ello podríamos preguntarnos cuáles son los
objetivos en esta jornada de estudio, qué trabajos debemos entregar próximamente
o que materia hay que estudiar.
TIEMPO. Es conveniente calcular el tiempo aproximado que nos va a llevar la
tarea que nos hemos impuesto anteriormente. El cálculo, con la práctica
reiterada del estudio, es cada vez más certero.
DIFICULTAD. En el momento en que empezamos a estudiar tenemos una mayor
predisposición y capacidad. De ahí que sea recomendable acometer el aprendizaje
de las materias más difíciles. Una pista más: saber relacionar estudios ayuda a
la comprensión. El Arte del Renacimiento y la Filosofía de la misma época se
podrán suceder en el estudio.
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